La Caldera

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Diego Lara se fue a llorar a Bariloche con la nuestra: el guardián de los ladrones denuncia “violencia institucional”

Mientras Entre Ríos arde de bronca por años de corrupción impune, Diego Lara —el mismo que presidió un Tribunal de Cuentas que jamás advirtió un desfalco, pero sí persiguió con saña a los que no estaban alineados al poder— se fue a Bariloche, con viáticos pagados por el pueblo, a victimizarse.

La declaración que CONSIGUIÓ LARA

Como si fuera poco, usó un foro nacional para denunciar “violencia institucional” en su contra, porque en su provincia —al fin— comenzaron a investigarlo por encubrir el saqueo sistemático del Estado.La escena roza lo grotesco.

Quien debía controlar y prevenir el robo de los fondos públicos —y jamás lo hizo en causas como IOSPER, ENERSA, Vialidad, IAFAS, ni en los contratos truchos de la Legislatura— ahora pretende dar lecciones de ética y democracia desde un congreso en la Patagonia.

Todo esto, claro, costeado con fondos públicos. El mismo personaje que jamás alertó sobre las maniobras de sus aliados políticos, pero sí firmó cédulas irregulares para armar causas contra intendentes que no le respondían políticamente.

En su exposición, Lara se queja de una denuncia penal en su contra que —según él— “afecta la institucionalidad”. Pero omite un detalle central: la denuncia se basa en hechos que él mismo reconoce en sus propios escritos, como el uso de recursos y personal del Tribunal para iniciar expedientes armados a partir de notas periodísticas, sin auditorías ni actos administrativos válidos. Su única defensa es una construcción hipotética de persecución, mientras sigue aferrado a un cargo que exige dedicación exclusiva, aunque se dedica a la ganadería, la política partidaria y ahora también al turismo con viáticos.

Diego Lara no fue víctima. Fue cómplice. No controló el uso de los recursos públicos, los avaló. Y ahora, cuando la Justicia —tarde y con miedo— empieza a mirarlo, corre a victimizarse en un congreso pago con nuestros impuestos.

La verdadera violencia institucional fue su silencio cómplice mientras saqueaban la provincia. Lo demás es show.