Guillermo Michel y Adán Bahl se sacaron la foto en el Parque Industrial de Villaguay, sonrieron, hablaron de «compromiso» y volvieron a prometer. Pero la gente ya no les cree, y las redes sociales ardieron con comentarios que no ahorraron ironías, reproches y furia.
Porque ¿quién puede tomarse en serio a los responsables del régimen SIRA, del festival inflacionario, del cementazo en plazas y la parálisis productiva, cuando vienen ahora a dar lecciones de industria nacional?
“Se robó todo en Paraná Bahl”, “Otra vez sopa”, “Se nos cagan de risa en la cara”, “Llevó el acordeón para inaugurar algo”, “Siempre los mismos”, “Tongo, tongo y más tongo”, “Metieron hasta la abuela”, “No saben de dónde más seguir afanando”… fueron solo algunos de los más de 80 comentarios enardecidos.
Desde Tala, San Benito, Urdinarrain, Villaguay y Paraná, todos coinciden: la gira de Michel y Bahl suena a reciclaje político y desesperación electoral. La vieja política en modo “visita guiada” y sonrisa impostada. Y claro, no faltaron los recuerdos del cierre del Batallón, la decadencia de la ciudad y las promesas incumplidas de siempre.
“Van a pedir votos los que vivieron del Estado, destruyeron plazas y fundieron provincias”, escribió una usuaria. Otro agregó: “Guarden las billeteras y fíjense si no falta nada”.
¿El resumen? La bronca ciudadana no es casual ni pasajera. Es el reflejo de años de frustración con los mismos nombres, las mismas fórmulas y el mismo resultado: más pobreza, menos producción y muchas, muchas promesas sin cumplir.