El exdecano de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UADER, Aníbal S. Filipuzzi, acaba de ser incorporado oficialmente al gabinete provincial. Pero no llega solo: su esposa, Natalia Vrela, tendría abrochada su llegada a la gerencia de comunicación de ENERSA. La familia completa desembarca así con cargos de peso en el nuevo esquema de poder.
Filipuzzi, un histórico del peronismo entrerriano devenido frigerista, vuelve a la escena pública con nuevo color político pero con las mismas mañas: reparto de cargos, acomodos y favores familiares. Su pase al frigerismo se habría sellado tras negociaciones políticas que incluyeron, según fuentes cercanas, la «reubicación» de su esposa en la energética estatal.
Con este panorama, la familia Filipuzzi Vrela podría volver a pasear por Egipto como en sus mejores épocas, pero esta vez con tranquilidad económica garantizada. Los ingresos no serán un problema: entre su lugar en el gabinete y la gerencia de ENERSA, el combo familiar se asegura sueldos del primer mundo… en una provincia quebrada.
En plena crisis económica y con un discurso de ajuste que pregona austeridad y meritocracia, el ingreso del exdecano y su esposa parece contradecir todos los manuales. Pero en Entre Ríos, todo es posible.
