El Fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, insiste con vender humo con la “reparación civil” en la causa contratos. Promete cifras millonarias contra un puñado de insolventes, como si con eso se pudiera recuperar el saqueo más grande de la historia entrerriana. Un verdadero cuento del tío judicial para entretener a la tribuna.
La sociedad no es tonta. Todos saben que los perejiles no tienen un peso partido al medio. Pueden firmar miles de demandas, pero el resultado será cero: no hay patrimonio para ejecutar. Lo único que logran es fabricar titulares para simular acción.
Los que sí tienen plata para devolver y responder por el vaciamiento son otros: Bahl, Urribarri, Lauritto, Cáceres y Allende. Los verdaderos arquitectos del sistema, los que movieron los resortes del poder y se enriquecieron mientras el Estado se vaciaba. Ellos son los que pueden reparar, no los empleados de cuarta línea que usaron de escudo.
Mientras tanto, Rodríguez Signes se ríe de la gente, se blinda con alianzas políticas y judiciales, y pretende que creamos que con insolventes se va a recuperar el dinero robado. Tomarnos por estúpidos es su especialidad.