El video viral que desnuda la impunidad del caso Ruiz Orrico y el silencio del procurador García
Mientras Yamila Rossi viraliza en TikTok el asesinato de su hermano Axel, el responsable del hecho —el exfuncionario Juan Ruiz Orrico— sigue libre, sin juicio, sin condena y con la protección silenciosa de un sistema judicial diseñado para perseguir selectivamente y blindar a los amigos del poder.
El video, que supera los 20.000 “me gusta”, no es solo un pedido de justicia: es una denuncia directa al corazón del poder entrerriano. Orrico, entonces presidente del Instituto Portuario, manejaba un auto oficial con 1,99 g/l de alcohol en sangre cuando embistió y mató a cuatro jóvenes en junio de 2024. Venía saliendo, según testigos, de la casa del presidente del Consejo de la Magistratura. El dato no es menor: esa es la lapicera que define la continuidad de fiscales y jueces suplentes en Entre Ríos.
🎯 En otro contexto, con otro apellido, y sin conexiones políticas, Orrico ya estaría preso. Pero en Entre Ríos, con el procurador Jorge Amílcar Luciano García a cargo del Ministerio Público Fiscal, los expedientes se mueven según quién es el imputado y a quién responde.
García ha demostrado que no le tiembla la mano para firmar pruebas ilícitas cuando quiere condenar a un opositor político, o imputar por “lesiones graves” si alguien se cae cerca de una moto. Pero cuando se trata de un hombre del riñón del poder, las pericias se demoran, las calificaciones se suavizan y los fiscales “no ven dolo”.
No solo se habla de alcohol. La cantidad ingerida, el horario y la lucidez para manejar durante kilómetros hacen sospechar a muchos de que hubo algo más esa noche. ¿Estimulantes? ¿Cocaína? Nadie lo investigó. Porque no se quiere saber. Porque saber implicaría romper el blindaje que protege al hombre que manejaba el auto oficial que mató a cuatro pibes.
La calificación sigue siendo “homicidio culposo agravado”. Una figura menor, que le permitiría a Ruiz Orrico una pena excarcelable, o incluso una condicional. Las familias piden lo obvio: que se lo juzgue por homicidio simple con dolo eventual, porque se subió a un vehículo en estado psicofísico alterado, sabiendo que podía matar. Y mató.
Mientras tanto, Yamila tiene que mendigar atención en redes sociales, porque la Justicia no la escucha. Cuatro familias están destruidas. Y el asesino maneja por la calle. Libre. Protegido. Intocable.
El TikTok de Yamila es más que un video. Es la prueba de que en Entre Ríos no hay justicia: hay privilegios. Y que el procurador que debería garantizar la ley, la convierte en un arma contra los que molestan y un escudo para los que matan.