Durante casi veinte años, los hermanos Carlos y Alfredo Ferrari, a través de Newtronic S.A., fueron uno de los grandes jugadores del negocio del juego en Entre Ríos: manejaron doce salas de tragamonedas y casinos anexos en Gualeguaychú, La Paz, Gualeguay, Nogoyá, Santa Elena, Villaguay, Rosario del Tala, Villa Elisa y otras ciudades, bajo contratos con el IAFAS firmados en 2003 y renovados en 2011 y años siguientes.
Después de dos décadas de “levantarla en pala” en la época de Busti, Urribarri y Bordet, Newtronic entra en crisis: sueldos en cuotas, paros, corte de luz por una deuda millonaria, y finalmente 40 despidos en toda la provincia –20 en Gualeguaychú– sin pagar indemnizaciones, con la empresa declarándose en concurso de acreedores. La firma también arrastra deudas con municipios y obligaciones impagas vinculadas al propio sistema de juego provincial.
En ese contexto aparece el nuevo actor: los hermanos Carlos y Diego Banfi, del Grupo Teleinfor / Teleinfo, una empresa porteña de juegos y servicios interactivos, que ya operaba casinos en Concepción del Uruguay y Diamante. Con el aval del IAFAS, los Banfi se quedan con la explotación de las doce salas y las máquinas de Newtronic, justo cuando ya gobierna Rogelio Frigerio en la provincia.
El problema es cómo se hace el traspaso: Teleinfor empieza a facturar y a pagar sueldos, pero los trabajadores siguen figurando como empleados de Newtronic, y las indemnizaciones y deudas quedan en el aire. El sindicato ALEARA y los despedidos denuncian que siguen esperando el pago completo, mientras ni Newtronic, ni Teleinfor, ni el propio Estado dan una respuesta clara.
La síntesis es brutal y fácil de entender para cualquier lector: en Entre Ríos logramos fundir a una empresa del juego –algo casi imposible en otro lado–, que deja colgados a empleados y municipios; y al mismo tiempo, una nueva empresa de Buenos Aires entra por la puerta grande, se queda con las salas, con la recaudación y con el negocio limpio. Siempre pierde lo mismo. Y siempre gana lo vivo.
