Editorial – La Caldera.
El Tribunal de Cuentas que preside Diego Lara se sentó a “coordinar líneas de trabajo” con Pablo Martín Giampaolo, síndico fiscalizador por la oposición en la OSER. La foto institucional es prolija; el mensaje político es transparente: los que deben controlar están alineando el control mientras la reglamentación de la Ley 11.202 sigue pendiente. Hablamos de la caja de la salud de cientos de miles de estatales. No es un trámite: es poder.
La ley es clarísima: OSER reemplaza al IOSPER, hereda su universo de afiliados y pone la fiscalización en manos de dos síndicos (uno por la oposición y otro por el oficialismo), además del control del Tribunal de Cuentas. Con el reglamento sin publicar, cada “coordinación” define qué se pide, cuándo y a quién. Sin reglas claras, manda la rosca.
¿Quién es Giampaolo? No es un improvisado ni un outsider. Gualeguay, contador, Magíster en Finanzas Públicas, trayectoria en la UOCAF (la unidad que controla al agente financiero Nuevo BERSA) y paso por Hacienda municipal. Fue designado síndico por decreto sobre terna propuesta por el bloque opositor del Senado. Es decir: llega desde el corazón del sistema para “fiscalizar” al sistema.
¿Y Lara? Conduce el órgano que debe auditar sin camisetas y hoy oficia de anfitrión del rediseño del control. No faltan cuestionamientos públicos a su gestión; precisamente por eso debería sobrar transparencia, no reuniones a puertas cerradas para acordar plazos “cada seis meses” que dependen del Ejecutivo. Control controlado.
El elefante en la habitación se llama IOSPER. En diciembre de 2024, Fernando Cañete renunció en plena crisis y el Ejecutivo anunció la intervención. La promesa era terminar con la vieja lógica. Un año después, con OSER creada y la reglamentación en veremos, vemos síndicos y Tribunal de Cuentas “alineando” agendas. Si la cultura política es la misma, cambiar el nombre no cambia la caja.
Lo mínimo que exigimos – y que la sociedad debe mirar con lupa
Reglamentación inmediata de la Ley 11.202 con plazos duros y publicidad activa de los informes de sindicatura (texto completo, anexos y bases de datos).
Agenda pública de reuniones Lara–Giampaolo: fecha, temario, asistentes y documentos subidos en abierto.
Auditoría integral y comparada: IOSPER (2014–2024) vs. OSER (2025–en curso), con trazabilidad de contratos, convenios y pagos a prestadores.
Blindaje de independencia: reglas de incompatibilidades y recusación para síndicos con antecedentes en el circuito financiero estatal o vínculos con prestadores.
Traducción política de la postal: hoy no huele a “cambio de paradigma”; huele a retorno a la caja. Si el “síndico opositor” proviene del entramado financiero del Estado y el presidente del órgano de control pauta con él el calendario y el alcance de la vigilancia, la caja vuelve a mandar. Y cuando la caja manda, pierden los afiliados.
¿La diferencia entre IOSPER y OSER? La haremos nosotros, mirando cada renglón. Si el poder vuelve por la caja, La Caldera va a estar enfrente —con nombres, documentos y montos—, sin maquillaje ni marketing.
























