Lo que antes se mostraba como fuerza popular, sostenida con créditos truchos, subsidios dudosos y cajas estatales manejadas a discreción, hoy se reduce a un conversatorio vacío, sin alma ni convocatoria. De los escenarios repletos gracias a la billetera oficial, a un puñado de dirigentes tratando de justificar un proyecto que ya no existe.
Stratta, la reina del aparato caído
Cuando Laura Stratta manejaba el Ministerio de Desarrollo Social, podía montar actos que parecían multitudinarios. Era fácil: con la plata de todos se financiaban colectivos, viáticos, planes, subsidios y créditos truchos. La gente iba porque la llevaban, no porque creyera. Hoy, sin la chequera oficial, se ve la verdadera dimensión: nada. Un conversatorio con sillas vacías que refleja que ya no arrastra ni al barrio de al lado.
El PJ reducido a un club de pocos
Lo que alguna vez fue el Partido Justicialista de Entre Ríos hoy no es más que un puñado de dirigentes desconectados. El sello se ha vuelto un refugio de nombres que sobreviven por cargos, contratos y arreglos, pero que ya no pueden mostrar músculo social ni credibilidad. La decadencia es tal que hasta los propios peronistas huyen de los escenarios oficiales.
La intendenta cuestionada y la sombra de Bahl
El armado actual incluye a la intendenta más cuestionada de la provincia, puesta en la lista de la mano de Adán Bahl, un hombre que se muestra cada vez más lejano de las demandas sociales. Su derrota lo dejó sin rumbo y su apuesta por Romero, Halle, Michel, Lauritto, Fuertes, Bordet Stratta y compañía solo confirma que quedó anclado en una lógica de rosca vacía y alejamiento de la gente.
Final cantado
La foto del camping vacío es la síntesis perfecta: del poder omnipresente de los subsidios a un acto sin eco. El peronismo que gobernaba con la billetera hoy no convoca ni con la propaganda. La sociedad ya no compra discursos, mucho menos cuando vienen de los responsables de los créditos truchos, los subsidios fantasmas y las cajas oscuras que vaciaron la política entrerriana.