La jueza Marina Barbagelata acaba de firmar una resolución que no solo viola el Código Procesal Penal de Entre Ríos, sino que dinamita el sentido mismo del juicio oral. Con una liviandad que asombra —o más bien indigna—, rechazó una impugnación clave en la causa “Contratos Truchos”, alegando que “será en el juicio donde se demostrará si hubo o no error en la investigación”.
¿Perdón?
El juicio no es una revisión de cómo actuaron los fiscales o la jueza de garantías. El juicio oral es para determinar si los hechos imputados ocurrieron y si configuran delito. Punto. Todo lo anterior —legalidad de la prueba, validez de la acusación, vicios de procedimiento— se discute en la etapa intermedia. Pero claro: si se hiciera bien, se caería la causa entera, y con ella el blindaje judicial que protege a exlegisladores, punteros, operadores y contadores del poder político entrerriano.
🎭 El juicio como coartada para no juzgar el poder
Con este criterio, todo vale mientras no haya sentencia. Las nulidades no importan, las pruebas ilegales pasan, los errores se acumulan. Porque “total, se verá en el juicio”. ¿Quién se beneficia? Los mismos de siempre: quienes manejaron contratos truchos entre 2007 y 2017 con complicidad de bloques enteros del PJ, contadores con oficinas satélite, empleados con salarios que nunca cobraron y —cómo no— jueces que hoy hacen equilibrio sobre esa maquinaria.
Barbagelata no interpreta la ley. La usa como escudo. Su función dejó de ser la de controlar garantías: hoy su rol es garantizar que los intocables sigan siéndolo.
🧩 Una jueza al servicio del dispositivo
No es la primera vez. Ya había dado la nota al otorgar probation a un magistrado denunciado por violencia de género, dejando un mensaje claro: los fueros del poder pesan más que los derechos de las víctimas. Y ahora lo ratifica. Frente a una causa que podría desnudar la red de corrupción más extensa del sistema institucional entrerriano, elige cerrar los ojos, no mover el tablero y empujar el problema hacia adelante.
Pero en el fondo, lo que está haciendo es vaciar de contenido la justicia penal. Porque un juicio que se inicia con pruebas ilegales, sin control previo, con nulidades ignoradas y sin defensa real, no es juicio: es una parodia.
⚠️ El problema no es solo Barbagelata
Ella es apenas un engranaje. Lo grave es que no hay una sola instancia donde los jueces pongan freno al aparato de impunidad. Porque el aparato los contiene. Porque la “causa contratos” no es una causa, es un secreto compartido por todos los que formaron parte, lo supieron o lo permitieron.
🧨 Si el juicio oral reemplaza al control de legalidad, lo que colapsa no es un caso: es el sistema entero
Y cuando eso pasa, ya no hay justicia: hay poder judicial. Que no es lo mismo.
