La Caldera accedió a la grabación de una cámara de seguridad que muestra a Federico Uriburu en el hecho denunciado por abuso sexual y privación ilegítima de la libertad. Contra él pesan denuncias gravísimas, pero siguió en libertad gracias a una estructura de protección político-judicial encabezada por el procurador Jorge Amílcar Luciano García, su pareja Marcela Badano y el fiscal coordinador Gamal Taleb.
Durante años, Uriburu fue denunciado en Nogoyá por distintos episodios de acoso, violencia y comportamientos irregulares. Sin embargo, nada prosperó. Taleb, como coordinador, se encargó de archivar las causas o hacerlas desaparecer de los despachos judiciales, a pesar de que ya se conocían sus excesos y su consumo de psicotrópicos. La Procuración, bajo el mando de García, blindó a Uriburu y evitó que cualquier investigación avanzara.
La complicidad se completó con el rol de Marcela Badano, pieza clave en la estructura de poder judicial entrerriana, cuya influencia fue determinante para sostener la impunidad del ex fiscal. Lo que durante años se negó en los tribunales, hoy queda desnudado por una cámara de seguridad que no admite interpretaciones: Uriburu está allí, en tiempo y lugar, en pleno hecho denunciado.
La grabación confirma lo que víctimas y denunciantes repiten hace tiempo: Uriburu no actuó solo, sino al amparo de una mesa judicial que prefirió protegerlo antes que garantizar justicia. El resultado fue devastador: un funcionario denunciado por depredador sexual, mantenido libre y con poder, hasta terminar expuesto por una filmación que lo incrimina de manera directa.
La pregunta ya no es si Uriburu cometió abusos, sino cuántas veces más lo encubrieron García, Badano y Taleb. Y cuántas víctimas podrían haberse salvado si el sistema judicial hubiera hecho lo que correspondía en su momento.
¿Cuantas personas siguen libres despues del derrotero de denuncias que colecciona URIBURU?