En el salón del PJ entrerriano, Adán “Beto” Bahl —ahora con lifting, menos pelo y un look afrancesado que intenta vender frescura— y Guillermo Michel presentaron “Fuerza Entre Ríos”, la supuesta lista “amplia, generosa y valiente” que, en la práctica, llega con menos aliados, menos estructura… pero más dólares.
Porque si algo no falta, según deslizó José Cáceres, son los millones de pesos que Michel estaría dispuesto a poner para mantener la estructura de empleados del partido. Un detalle nada menor en tiempos de vacas flacas y que, de paso, sería material de consulta obligada para el fiscal Ardoy, a la luz de lo que dice la Ley de Financiamiento de Partidos Políticos.
Del frente “Más para Entre Ríos” de 2023 —que reunía a más de diez espacios y casi lo deposita en la Casa Gris— hoy sólo quedan dos sellos: el de Hugo Moyano, que Bahl definió como “el progresismo” (frase que pide a gritos figurar en los anales del humor político), y el Frente Entrerriano Federal (cuya unica Senadora es aliada incondicional a FRIGERIO), fundado en vida por Jorge Busti. Con ese capital simbólico menguado, pretenden vender esperanza, renovación y amplitud.
Pero los lastres pesan: escándalos familiares, la renuncia “milimétricamente planificada” del senador por Paraná para que asumiera su esposa —empleada legislativa—, la sombra de su paso por la Cámara de Diputados durante los años del caso “Contratos Truchos”, contratos para hijos sin funciones y un estilo de vida que parece más alineado con Saint-Tropez que con San Benito.
La nómina de candidatos completa la postal: figuras desconocidas, como el crespense de tonada cordobesa Minguillón, incapaces de entusiasmar a un electorado que siente más apatía que expectativa. Y una campaña que se cocina entre empresas amigas, más preocupadas por si volverán los beneficios del sistema SIRA de Massa que por discutir política de fondo.
Michel, fiel a su manual, intentó poner épica con denuncias de naranjas egipcias y cierres de hoteles, comparando a Milei y Frigerio como “dos caras de la misma moneda”. Pero a la luz de su pasado inmediato y de las cifras que, según Cáceres, estaría dispuesto a invertir en la rosca partidaria, su discurso contra el ajuste suena más a campaña de posicionamiento personal que a proyecto colectivo.
“Fuerza Entre Ríos” es, así, un relanzamiento de bajo vuelo político y alto presupuesto: menos aliados, menos estructura, pero más dólares para resistir… aunque no al ajuste, sino a la pérdida de control del aparato.