La Caldera

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CASO GUSMAN: LOS POLICÍAS SERÁN JUZGADOS POR UN JUEZ SUBCOMISARIO RETIRADO

En Entre Ríos volvemos a jugar al límite de la confianza pública: el juicio por jurados por la muerte de Gabriel Gusmán —un caso que partió a Paraná— lo conduce un juez técnico que integró orgánicamente la Policía de Entre Ríos. ¿Habiendo tantos jueces disponibles, realmente era una buena idea que un ex subcomisario profesional arbitre un hecho policial? No es serio. Ni prudente. Ni sano para la credibilidad del veredicto.

Lo básico primero: hoy están en el banquillo dos policías por un hecho ocurrido en barrio Capibá. El Ministerio Público desistió de acusar y el proceso avanza solo por querella. Todo esto ya exige un cuidado quirúrgico en la conducción del debate. En ese contexto, el juez técnico es Alejandro Grippo. Hasta acá, dato. El problema es el siguiente: Grippo fue “subcomisario profesional” y percibió haberes como tal; además cumplió funciones legales dentro de la fuerza. Eso no lo vuelve culpable de nada, pero instala un puente corporativo imposible de ignorar. Y en un juicio a policías, la apariencia de imparcialidad es la mitad de la justicia.

No se trata de su honor personal, sino de la institución. El mensaje que se emite es pésimo: cuando se juzga a agentes de la fuerza, el árbitro proviene de la misma fuerza. Nadie que haya leído una página de ética judicial defiende esto en serio. La ciudadanía no está obligada a creer por fe; tiene derecho a ver que el juicio está a salvo de cualquier sombra.

Lo que sabemos (y alcanza para el sentido común):

  • El caso Gusmán se juzga por jurados y el juez técnico es Grippo.
  • Los imputados son policías; la Fiscalía se bajó; la querella sostiene hipótesis de gatillo fácil.
  • Grippo integró la Policía en carácter de subcomisario profesional y funciones legales.

Lo que debería pasar (si de cuidar el veredicto se trata):

  • Excusación por prudencia. No porque alguien “sea” parcial, sino porque parece parcial. Y la justicia vive —también— de las apariencias que la sostienen.
  • Nuevo sorteo de juez técnico. Hay jueces de sobra para evitar este atajo a la sospecha.
  • Regla futura: en casos con policías imputados, ningún ex integrante orgánico de la fuerza debe oficiar como juez técnico. Evita dudas, evita operaciones, evita recursos interminables.

Entre Ríos no necesita más veredictos discutidos en la sobremesa. Necesita juicios creíbles. Y un juicio creíble empieza por no arriesgar la confianza pública. Poner a un ex subcomisario a dirigir un debate contra subordinados de su antigua casa es pedirle al jurado que veredique con ruido en los oídos. No hace falta que sea injusto: alcanza con que parezca. Y hoy, parece.