La banda musical nacida en la Ciudad de Buenos Aires aterriza con un dato llamativo: uno de sus integrantes —el porteño Joaquín Benegas Lynch— declara domicilio fiscal en Entre Ríos. Con la venia de Rogelio Frigerio y la anemia de un equipo político que no logra articular una propuesta propia para la provincia, terminan haciendo de “plomos” del show presidencial: se instala un candidato que no vive ni vivió acá para el cargo más importante después del de gobernador, mientras la agenda entrerriana queda otra vez detrás de bambalinas.
Un show con cables cruzados
Entre Ríos vuelve a ser escenario, pero no protagonista. La escenografía viene armada en Buenos Aires, con músicos, consignas y libreto importados. El dato de color —que no es menor—: Benegas Lynch, músico y militante surgido en CABA, fija su domicilio fiscal en nuestra provincia. No alcanza para llamarlo “entrerriano”, pero sí sirve como ficha para decorado: “miren, está radicado allá”. Es el truco clásico del tour: una bandera local sobre el amplificador y a tocar.
Frigerio, el plomo VIP
En esta gira política, Rogelio Frigerio aparece como el plomo VIP: el que sostiene el cable para que el sonido porteño se escuche sin ruidos en suelo entrerriano. Su estructura, lejos de componer una propuesta entrerriana, se limita a asistir el armado nacional. No hay partitura propia, no hay letra ni melodía que hablen de nuestros problemas reales: rutas detonadas, economías regionales sin financiamiento, puertos sin política exportadora, tarifas eléctricas asfixiantes, ni una hoja de ruta seria para educación y salud. Todo eso queda fuera de la lista de temas. Lo central es plantar un candidato “de afuera” y que el público aplauda.
“Plomos” de la banda presidencial
La política local fue degradada al rol de plomo: levantar trusses, acomodar micrófonos, sostener la guitarra y sacarse la foto. El candidato parachutado —“el más importante después del gobernador”— remata la idea: Entre Ríos como backstage del poder central. Se nos concede la ilusión de pertenecer al espectáculo, pero la consola la maneja otro.
¿Qué sería una propuesta entrerriana?
- Economía real: plan de energía y tarifas productivas para tambo, arroz, avicultura, foresto-industria y turismo.
- Infraestructura: intervención seria en las rutas nacionales y los corredores logísticos; puertos de operativos y previsible política vial.
- Desarrollo y empleo: parques industriales con acceso a crédito real, conectividad y formación técnica; encadenamientos locales para evitar la primarización.
- Transparencia provincial: datos abiertos de contratos, decretos con anexos completos y auditorías públicas de IAFAS, IOSPER, ENERSA y Vialidad.
- Educación y territorio: fortalecer universidades y escuelas técnicas con enfoque productivo y perfiles de empleo locales.
Nada de eso cabe en la valija de la gira. Por eso el “importado” no necesita vivir acá: alcanza con la selfie sobre el escenario y un par de frases de ocasión.
Entre Ríos merece ser banda titular
Entre Ríos no es un telón ni un público de relleno. Cuando las decisiones se toman en otro camarín, pasan dos cosas:
- Se suben al escenario candidatos que no conocen la provincia ni responden a su entramado social y productivo.
- Las prioridades locales se desafinan, porque se mezclan con la lista de temas de la capital.
La presencia de Benegas Lynch con domicilio fiscal en la provincia es un guiño que pretende maquillar la realidad: la batuta sigue en Buenos Aires. Y Frigerio, lejos de dirigir una orquesta entrerriana, actúa de asistente del director.