La intendenta Rosario Romero salió a relanzar el plan “Paraná 100 % LED”, una iniciativa que ahora se vende como un salto hacia la modernidad, pero que en realidad empieza a perfilarse como otra maniobra sin controles claros. En La Caldera lo rebautizamos: ParanaLED, la nueva caja negra de la gestión.
Costos en penumbras
La primera etapa hablaba de mil millones de pesos y miles de luminarias ya instaladas, pero hasta hoy no se sabe qué se pagó por unidad, ni quiénes son los proveedores, ni bajo qué mecanismo de contratación. Los anexos con detalles técnicos y financieros no están publicados, y la ciudadanía sólo escucha anuncios generales sobre barrios intervenidos.
Falta de transparencia
La gestión Romero retrocedió en la publicación de decretos y anexos, tal como lo contamos días atrás. Este plan se inscribe en la misma lógica: promesas de eficiencia y sustentabilidad, pero con la información reservada detrás de expedientes que sólo se pueden ver mediante pedidos engorrosos de acceso a la información.
Una oportunidad de negocios
La modernización del alumbrado es una necesidad real de la ciudad, pero en vez de un plan abierto, con costos comparativos y cronogramas públicos, aparece como otra oportunidad de negocios bajo la etiqueta de “política pública”. Las luminarias LED se transforman así en moneda de cambio, contratos sin control y discursos de marketing político.