AHORA SUEÑA FRIGERIO
Cuando intentábamos pasar página y dejar atrás los años de Sergio Urribarri, esa etapa que costó millones de dólares a Entre Ríos, el enfoque estaba en recuperarnos de un capricho personal cuya misión parecía ser elevar a un gobernador provincial a la presidencia a fuerza de una gestion que solo veian en aquel momento Baez, Gomez y Labarba. Ese sueño personal se construyó a expensas de los intereses de todos, con una deuda que quedó sin resolver y sembrando el declive económico que luego profundizó Gustavo Bordet en sus abulicos y poco transparentes 8 años de reinado.
Es crucial que los recursos del Estado no se sigan destinando a alimentar los sueños personales de un solo político. Soñar con grandeza puede ser inspirador, pero el verdadero sueño de cualquier líder debería ser dejar un legado para su provincia, un lugar en la historia, como lo hizo Urquiza para Entre Ríos. No hay nada más importante para un entrerriano comprometido con su tierra. En lugar de perseguir ambiciones nacionales, Frigerio debería despertar y asumir su deber de enfrentar los problemas reales, como el combate a la mafia local que afecta a Entre Ríos.
Lo que necesitamos es construir un futuro de esperanza para todos, no perderla en proyectos personales. Sin embargo, se han contratado decenas de funcionarios porteños, muchos de ellos expertos en marketing y comunicación, ajenos a las verdaderas necesidades de nuestra gente. Algunos, incluso sin el menor pudor (VER.EL PARADOR DE FRIGERIO), son militantes de campaña en funciones públicas, como el videógrafo militante. Esta estructura, más que construir una provincia próspera, parece enfocada en proyectar una imagen, mientras los problemas de fondo persisten.
Este es el momento de redoblar esfuerzos por Entre Ríos, dejando a un lado intereses personales y luchando por el bienestar de todos los entrerrianos. Solo así construiremos un legado duradero, que inspire y dé esperanza a las futuras generaciones.