Frigerio y el modelo Urribarri: Entre el estilo y las aspiraciones presidenciales
Desde el comienzo de su mandato, Rogelio Frigerio ha mostrado ciertas similitudes con el exgobernador Sergio Urribarri, lo cual ha captado la atención de quienes conocen la historia política reciente de Entre Ríos. Aunque ambos tienen estilos personales y contextos distintos, ciertos patrones en su forma de gobernar y proyectar su imagen recuerdan inevitablemente al "modelo Urribarri".
El estilo y la imagen: Cuando la vestimenta cuenta una historia
Uno de los primeros detalles que destacan es el enfoque de Frigerio en la imagen personal, no solo en sí mismo, sino también en su equipo de gobierno. Esta imposición de un estilo visual específico recuerda a los días de Urribarri, cuando la moda de los chupines y los botines en punta se convirtió en casi un uniforme dentro de la administración provincial. Frigerio ha replicado esta práctica, trasladando un "código de vestimenta" que pretende reflejar su identidad política y marcar una diferencia respecto a sus predecesores.
Relaciones internacionales y acuerdos diplomáticos
Otra de las similitudes entre ambos mandatarios es el interés en estrechar lazos con Israel. Durante la gobernación de Urribarri, el tambien ex embajador en Israel la vinculación con este país fue un hito en sus políticas de relaciones exteriores. Frigerio parece seguir esa misma línea, manteniendo un buen vínculo que va más allá de la diplomacia formal, aprovechando este tipo de relaciones para proyectarse en el escenario nacional y establecer puentes estratégicos de cara a posibles alianzas en el futuro.
Acuerdos y pactos internos: La influencia de Adrián Fuertes
Se rumorea que Frigerio habría llegado a ciertos acuerdos con figuras fuertes del peronismo provincial, como Adrián Fuertes, quien supuestamente habría negociado el RY y el RINI, entre otras influencias. Las coincidencias en este sentido son claras: al igual que Urribarri, Frigerio no duda en consolidar su poder mediante acuerdos internos con actores de peso, lo cual le permite mantener un respaldo en sectores estratégicos sin que estos puedan volverse en su contra en los momentos clave. Asi se especula que la no bajada de Cosso a recinto fue un acuerdo de Fuertes que la semana anterior se mostro en el Colon con Frigerio y no tiene ningun miramiento en pegar el GARROCHAZO en cualquier momento.
El rol de Julio Rodríguez Signes: La figura sombría detrás del poder
En la estructura de poder que sostiene a Frigerio, destaca la figura de Julio Rodríguez Signes, actual Fiscal de Estado, un hombre que ha acumulado múltiples cargos y ha sido objeto de varias denuncias por corrupción ante el jurado de enjuiciamiento. A pesar de las graves acusaciones y de la existencia de posibles incompatibilidades funcionales, Rodríguez Signes ha sabido mantener su influencia y posicionarse como una figura clave tanto en la era de Urribarri como en la gestión de Frigerio.
Rodríguez Signes ha sido fundamental en atraer figuras empresariales a través de proyectos estratégicos, como el desarrollo de la hidrovía y otras inversiones multimillonarias en la provincia. Su habilidad para manejar la administración pública y mantener vínculos estrechos con sectores del poder económico le ha asegurado una posición privilegiada, independientemente de las críticas y sospechas que pesan sobre él. Esta continuidad en su papel dentro de la administración evidencia la manera en que Frigerio ha heredado ciertos métodos de su predecesor, integrando figuras polémicas para asegurar una base de poder sólida y un control sobre áreas sensibles de la gestión provincial.
Negociaciones incompatibles: un inicio cuestionado en transparencia
En la época de Urribarri, la prensa destacó ciertas negociaciones que más tarde se convirtieron en el centro de prolongados procesos judiciales, alimentando la compleja relación entre política y justicia. Frigerio ha comenzado su mandato con situaciones que recuerdan este tipo de escándalos. No solo su gobierno fue rápidamente cuestionado por un allanamiento en el country donde reside, que es propiedad de empresarios asociados a ENERSA y a casos de corrupción en Entre Ríos, sino que han surgido advertencias públicas y de algunos medios sobre posibles conflictos de intereses. Por ejemplo, el ministro de Salud ha sido señalado por presuntamente tener intereses económicos en algunas de las clínicas contratadas por la administración. Además, los vínculos con figuras como Néstor Roncaglia y sus intereses particulares añaden elementos a una narrativa en la que el conflicto de intereses parece estar presente.
Estos cuestionamientos y advertencias reflejan una similitud con la época de Urribarri, donde las relaciones opacas entre funcionarios y sectores privados dieron pie a dudas sobre la integridad de la gestión. La falta de transparencia en este tipo de vinculaciones no solo representa un desafío para la administración de Frigerio, sino que deja un antecedente preocupante en cuanto a la limpieza y el cumplimiento de normas en el manejo del poder en la provincia.
Proyectos y ambiciones presidenciales: Un sueño grande
Finalmente, tanto Frigerio como Urribarri comparten una aspiración común: la presidencia de la Nación. Así como el equipo de Urribarri soñaba con un "pacto entrerriano" que impulsara a su líder al escenario nacional, hoy figuras como Colello, Del Valle y Troncoso conforman la primera línea de entusiastas que ven en Frigerio la posibilidad de un proyecto presidencial viable. La estrategia parece clara: esperar que la situación nacional se desgaste, que el electorado se canse de la falta de resultados y que, en un momento de descontento general, Frigerio aparezca como una alternativa en la llamada "ancha avenida del medio."
Más imagen, menos gestión
La comunicación es otro de los pilares en los que Frigerio se muestra similar a Urribarri. Su obsesión por los videos y la promoción de una imagen cuidada parece, a veces, relegar a segundo plano los logros concretos de la gestión. Frigerio, al igual que Urribarri en sus primeros meses, ha preferido dar prioridad a la construcción de una figura mediática, confiando en que su estilo y carisma sean suficientes para capturar el respaldo popular y dar impulso a su proyecto político a nivel nacional.
Conclusión
Los primeros 11 meses de Rogelio Frigerio en Entre Ríos han dejado en claro que, más allá de las diferencias superficiales, su estrategia política guarda fuertes similitudes con el "modelo Urribarri". Desde el estilo visual hasta los acuerdos con figuras claves, pasando por el apoyo de funcionarios cuestionados como Rodríguez Signes y la inclusión de funcionarios con aparentes conflictos de intereses, Frigerio parece seguir una fórmula que busca no solo asegurar su liderazgo provincial, sino también consolidar su proyección nacional.